martes, 9 de diciembre de 2014

EN EL NÚCLEO DE LA INVESTIGACIÓN TUROLENSE (III)

Sinceramente, en un principio, yo no sabía de su existencia y por ello desconocía cuál era su labor fundamental y de qué trataba realmente, sin embargo, una vez allí, he comprendido que se trata de una institución cuyo objetivo básico es promover y divulgar investigaciones científicas y culturales vinculadas a nuestra provincia para fomentar la riqueza cultural que podemos encontrar y evitar así su desconocimiento y pérdida, para ello, las labores de los funcionarios de este centro es recopilar una gran cantidad de información relevante aportadas por distintas fuentes, seleccionar lo más interesante y llevar a cabo publicaciones de gran interés tanto cultural e histórico que han marcado a nuestra ciudad, como a nivel científico. Por ello cuentan con una biblioteca, repleta de publicaciones de todo tipo exclusivamente de Teruel, ya sean monografías, enciclopedias, estudios científicos e históricos que marcan su importante patrimonio cultural. E incluso cuentan con libros reales de personajes relevantes que han llevado complejos estudios como por ejemplo cuentan con una gran edición repleta de libros de medicina, los cuales están a disposición del público en general (fondo Laín Entralgo).
De manera que cada una de las ediciones se encuentran clasificadas en secciones ya sean acerca del Arte Mudéjar, o bien de botánica, medicina, Edad Medieval, es decir se trata de publicaciones fundamentadas y de gran validez pues previamente han sido sometidas a periodos de larga investigación, corrección, matizando cada detalle para propagar así la información real sin ningún tipo de error. Además cuentan con imágenes reales y deslumbrantes de cada uno de los rincones de la ciudad las cuales son tratadas con gran delicadeza para evitar así su deterioro.
No obstante, detrás de estos formidables ejemplares, existen complejos periodos de trabajo y de investigación que se han llevado a cabo previamente, pues en un principio deben de recopilar la información necesaria acerca de un determinado tema para ello recurren a expertos o bien a fuentes fiables, posteriormente se deben hacer los estudios y análisis apropiados, y finalmente seleccionar y escoger lo más sustancial y elaborar así las publicaciones adecuadas válidas para todo el público. Por eso deben existir personas encargadas de llevar a cabo las correcciones de la información recibida y además, de seleccionar imágenes, de ayudar a su conservación y evitar su deterioro, dentro de este campo encontramos la figura de del corrector, en este caso correctora, que desempeña una labor muy importante pues debe observar detenidamente cada informe recibido y modificar los errores y perfeccionarlo. Para ello cuenta con una gran cantidad de diccionarios entre los que encontramos el de la RAE, diccionarios gramaticales, ortográficos, léxicos...etc, pero la labor de un corrector no es solo procurar que no haya faltas ortográficas, colocaciones de puntos y comas etc. sino que también deben procurar que las expresiones usadas en cada contexto sean las adecuadas, que los términos empleados se adecuen a su significado y que además la información recibida sea la adecuada y esté verificada, por ejemplo en cuanto a fechas históricas o bien personajes relevantes ya que en numerosas ocasiones se tiende a confusión. Por ello deben de poner en duda cada dato, cada referencia y analizar cada expresión excluyendo el error y el equívoco pues si no se lleva a cabo esta labor, el público enseguida se da cuenta de los fallos y exponen así una crítica. Por el contrario, cuando un artículo está correctamente expresado tras un periodo de corrección, no se tiende a valorar la labor de un corrector. En cualquier caso una persona que lleve a cabo esta función debe ser aficionada a ello, es decir, debe llamarle la atención la forma de expresión y percatarse de los fallos con facilidad, pues se hallan "ratas" en cualquier tipo de informe, e incluso en tesis doctorales.
Rosaura Albero
Por otra parte, también debe haber una persona encargada del cuidado de imágenes recopiladas, de su conservación y de la selección de las más adecuadas para su posterior publicación. Para ello cuentan con una gran variedad de representaciones ópticas aportadas por aficionados a la fotografía donde se han conservado fotografías muy antiguas que han sido realizadas por sistemas fotográficos muy complejos desde anteriores años. Por ejemplo, entre las imágenes más antiguas cuentan con representaciones en placas de cristal en las cuales se contemplan bien los detalles, también imágenes en carrete y en diapositiva ya que poco a poco ha ido evolucionando la fotografía en cuanto a su exposición, a la calidad de imágenes etc. De tal forma que deben de llevar a cabo su conservación pues con el paso del tiempo se van deteriorando así que procuran conservar hasta el más mínimo detalle. También cuentan con instrumentos para mejorar la iluminación de imágenes, para visualizar el enfoque, la perspectiva, el plano etc. Y las imágenes que las quieran escoger para publicarlas en cualquier artículo, son escaneadas.
Además cualquier persona que esté interesada en ellas las puede adquirir, pues llevan a cabo procesos de digitalización de imágenes (de pueblos turolenses, de personas...), al igual que también se pueden llevar a cabo donaciones de imágenes a este centro. De cualquier forma, esta labor es muy compleja y debe realizarse con total detenimiento y paciencia.
Me gustaría resaltar que la conservación de estas fotografías del pasado, implica conservar el patrimonio y riqueza cultural de cualquier sitio o paraje, pues por ejemplo antes de la guerra civil, las edificaciones tenían un determinado aspecto, y posteriormente se deterioraron y se degradaron. Pero gracias a estas imágenes tomadas por aficionados, se puede llevar a cabo la restauración de cada obra arquitectónica teniendo como modelo cada detalle del pasado, para evitar que se pierda así su valor cultural y todo ello gracias a las fotografías.
Entre las fotografías que hemos podido observar destacan las imágenes de los pueblos, ya sean de paisajes o con intervenciones humanas, y también fabulosas imágenes de figuras de la techumbre de la catedral.
En conclusión se trata de un centro de gran interés intelectual, pues contiene información de gran relevancia de Teruel y de todo su entorno que nos ayuda a conocer cada detalle con profundidad y disiparnos las dudas acerca de cualquier inquietud de nuestro alrededor y que además lo tenemos a nuestra disposición.
Es decir, busca la interdisciplinación de los ciudadanos pues abordan desde diferentes perspectivas estudios intelectuales. Sonia Delgado
El pasado viernes visitamos el Instituto de Estudios Turolenses, un lugar dedicado a la investigación donde conservan delicadamente numerosos negativos de fotografías antiguas, monografías, enciclopedias del campo de la medicina entre otros.
Los trabajadores de esta institución nos explicaron con gran entusiasmo el trabajo que realizan allí. Me llamó especialmente la atención la labor de la correctora, que consiste en corregir las faltas de ortografía así como rectificar palabras erróneas en un determinado contexto. Para ello contaba con numerosos diccionarios de las últimas ediciones. Nos comentó que muchas veces el trabajo del corrector está muy infravalorado, ya que cuando se publica un libro solemos atribuir todo el mérito al autor. Sin embargo, para que esta publicación sea posible lleva un gran trabajo de edición y corrección. A pesar de que el trabajo de corrector puede resultar en ocasiones monótono, ella realmente disfrutaba con su labor, es un trabajo que se escoge por verdadera vocación.
La visita al Instituto de Estudios Turolenses fue una oportunidad única de conocer más a fondo el campo de la investigación. Andrea Fidalgo
Nuestra visita del pasado viernes 5 de diciembre al Instituto de Estudios Turolenses fue una manera de aprender un poco más acerca de la importante labor del mismo. En el IET se dedican a realizar una gran variedad de funciones, de las cuales a nosotros nos presentaros la de la de la biblioteca, la ocupación de los correctores de estilo y el archivo de fotos provinciales. En cuanto a la biblioteca, la encargada de la misma nos explicó y enseñó la cantidad de libros que tienen guardados allí, los cuales están a disposición del público para consultarlos. Los libros provienen de las propias publicaciones del centro, del intercambio con otras bibliotecas y donaciones o adquisiciones del instituto. Respecto a la importante trabajo de los correctores, una de ellas nos explicó en que consiste el suyo: se trata de repasar con un simple bolígrafo rojo como herramienta, todos los textos que van a ser publicados por el instituto. Es una tarea metódica y escrupulosa, puesto que como ella misma indicaba, hay que estar muy atento y tener la cualidad de fijarse bien en todo y "horrorizarse" según sus propias `palabras ante los crímenes ortográficos y gramaticales. También añadió que si el trabajo de corrección de estilo está bien realizado, no es perceptible en el resultado final, pero que si se aprecian fallos, todo el mundo piensa que ese texto no ha pasado por los controles necesario. Por último, nos enseñaron una pequeña exposición del archivo fotográfico que conservan en el instituto, recolecciones fotográficas de personas, que tanto en el presente como en la actualidad han ocupado su tiempo en fotografiar la provincia de Teruel. Vimos como las fotografías aparecen en negativos en cristal, más tarde en plástico, luego en negativos y finalmente, en papel, como las fotografías comunes. Fue una visita productiva, pues insistieron mucho en la posibilidad de acceder a todos esos materiales para consultarlos. Leonor Alcalá
El Instituto de Estudios Turolenses es una institución que yo hasta el momento no conocía y que, supongo, más de uno de mis compañeros tampoco. Y si habíamos oído el nombre no sabíamos muy bien que se cocía allí dentro. Así que el viernes pasado nos abrieron las puertas y nos mostraron gran parte de los objetos que este alberga. Desde libros hasta un escáner con la función de pasar a digital las fotografías en cristal. Y, por supuesto, lo hicieron las empleadas encargadas de que el instituto funcione. Nos hablaron de la biblioteca histórica, de su contenido, los diferentes fondos. Está especial y únicamente dedicada a Aragón y sobretodo a Teruel. Con una ficha sobre el usuario es suficiente para extraer con un plazo de 15 días hasta 5 ejemplares. Se pueden encontrar libros y revistas de cualquier área que tratan sobre Teruel, tanto de flora y fauna como de historia o costumbres. Hay un fondo, del que se ha sacado la ambientación de las Bodas de Isabel, que solo contiene libros referentes a la Edad Media. Nos destacaron con especial dedicación un armario que contenía la que había sido biblioteca privada de un destacado médico del siglo XIX-XX, allí estaban los libros de medicina de aquella época, reflejo de la ciencia, que de no haber sido donado al Instituto seguramente se hubiera extraviado. Además el instituto publica una revista cada cierto tiempo sobre Teruel. Seguidamente nos explicaron que allí también se dedicaban a la corrección de obras previa publicación. Se encargan de la ortografía, la adecuación, la cohesión de los borradores que los escritores les entregan, hacen mínimo 2 revisiones antes de pasar a la editorial. Es un trabajo para el que se emplean numerosos diccionarios y que deben estar actualizados. Ardua y sucia tarea que para estar bien hecha debe ser imperceptible. Cabe destacar que las correcciones solo se realizan para obras que tratan de Teruel, de cualquier ámbito. Finalmente nos mostraron lo que la mayoría no esperaba encontrar allí: un gran número y variedad de fotografías. Recorriendo la propia historia de las máquinas fotográficas, fotógrafos, fotografías y fotografiados. Había varios álbumes de los monumentos de los diferentes pueblos de la provincia, cada foto tenía su título y en ninguna aparece como protagonista la sociedad del momento. Otro de los fotógrafos se dedicaba a lo contrario, su objetivo era enfocado hacia la vida de las personas, pasando a un segundo plano el lugar. Nos sorprendió que las primeras fotografías se gravaban sobre cristal, también habían otras en las que salían a la vez dos fotos y se veían como en 3D con un aparato que tenía una forma similar a la de unos prismáticos. Además nos dijeron que era posible hacer copia de cualquiera de las fotos de una manera gratuita. Remarcaron que el funcionamiento de esta institución tenía una base importante en las donaciones. Nos enseñaron el lugar de trabajo y a los demás componentes del Instituto. Incluso nos regalaron a cada uno dos Cartillas turolenses y su revista cultural. Fue una experiencia de descubrimiento para muchos y de acercamiento a algo a lo que podemos tener acceso en cualquier momento y del que también formamos parte pues la historia, sobre todo turolense, la escribimos todos. Noelia Arnau (12-XII)

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